domingo, 25 de septiembre de 2011

Les Espagnoles à Paris


Je viens de voir le film Les femmes du 6e étage et j’en suis sortie enchantée. Je suis contente de voir qu’un film français rend hommage à toute la population espagnole venue en France depuis la Guerre Civile jusqu’à la fin de la dictature.
Affiche du film Les femmes du 6e étage
Je ne veux pas faire ici une critique du film, au niveau de l’interprétation, des plans et du script, non. Je veux saluer toutes ces Espagnoles qui nous ont précédés en France lors de leur exil car elles ont eu une vie difficile -et c’est peu dire parfois ; elles ont réussi à s’intégrer et à faire partie de la France comme le plus Français des Français.
Je ne compte plus le nombre de fois où quelqu’un me dit en France, « moi je suis d’origine espagnole », ou « ma grande mère est espagnole  ou  mes grands parents ». De ma boulangère qui s’appelle Linda, de mère madrilène, en passant par mes voisins, mon agent immobilier, les collègues de travail de mon mari… Il serait intéressant de parler ici avec des statistiques et des chiffres. Regardez dans l’annuaire et vérifiez combien de noms espagnols existent.
Les circonstances ont fait que la plupart des Espagnols ont oublié leur langue maternelle car l’objectif principal était s’intégrer ; or, pour cela, il fallait parler la langue du pays.  Mais aujourd’hui plus personne ne renie ses origines espagnoles. Tout le monde prononce mal le mot « paella », « chorizo » ou le prénom « Miguel » mais presque tous les Français aiment l’Espagne. 

jueves, 15 de septiembre de 2011

Diferencias Culturales I: Les nombres de los niños


Tras vivir en Francia durante ya más de 10 años, uno sigue viendo las cosas desde el exterior por muy integrado que esté uno. Me gustaría compartir mis experiencias con una serie de posts titulada “Diferencias culturales”.
Y, ¿ por qué no empezar con los niños?
Aquí en Francia hay que tratar a los niños con mucho mimo no vaya a ser que se cansen. Yo siempre me digo que no es casual que el país que ha instaurado las 35 horas semanales de trabajo inculque desde pequeños a los niños que no hay que agotarse muy pronto.
Así que en el primer año de escuela infantil (maternal como dicen en Francia) es recomendable llevar a los niños al colegio, sólo por la mañana. Es decir de ocho y media a once y media. Después tienen que descansar con preferencia en casa.  Y además los miércoles no tienen colegio para que puedan hacer una pausa a mitad de la semana, porque si no ¡pobrecillos!...En España, si mis informaciones son correctas, los niños empiezan el primer año a la misma edad, 3 y van cinco días a la semana  de 9 a 4 más o menos.
Si comparamos el tiempo que pasan los niños franceses y españoles en el colegio llegamos a la conclusión que los niños españoles “trabajan el doble” que los franceses. Si esta norma continuara hasta la edad adulta pensaríamos que España es un país de trabajadores natos. Pero ¿cómo es posible que a España le vaya tan mal? Dejaré esta respuesta a los expertos de economía y política.
Cuando uno llega por primera vez a un colegio “maternal” (el adjetivo ya lo dice todo) se encuentra con madres, padres y niños llorando. La separación como dicen ellos lo viven como una experiencia difícil. Como dice una amiga, los franceses exageran…ni que fueran a quitarles a los niños. ¡Sólo van al colegio! En esos momentos de cariño entre padres e hijos uno empieza a escuchar los “nombres cariñosos” (para mí ridículos) con los que llaman a los niños.
Juju (pronunciado yuyu), Loulou (pronunciado lulu), lili, momo, …Pero no os creáis que son apodos sin sentido. Generalmente deforman el nombre del niño escogiendo una sílaba y repitiéndola. Por ejemplo:
-       De Louis o Louise, loulou
-       De Myriam, mimi
-       De Juliette, juju
-       De Maurice, momo
-       De Julie (podéis elegir) he oído juju o lili…
Ahora podéis dar rienda suelta a vuestra imaginación y declinar los nombres franceses en cualquier cosa menos en algo interesante o elegante…¿Para qué habrán pasado tanto tiempo los padres eligiendo un nombre para luego llamarle por otro?
Por último, tienen los apodos que se aplican sean niño o niña a destajo y sin condición como bonhomme (hombrecillo), petite puce (pequeña pulga).
Con lo bonito que es chéri…

lunes, 5 de septiembre de 2011

Realidad o ficción II: Irène


Para esta “vuelta al cole” de septiembre me gustaría recomendaros una autora cuya vida es tan fascinante como su obra. Se trata de Irène Nemirovsky (1903- 1942). Nacida en Kiev, emigra con su familia a Francia tras la Revolución Rusa en 1919. Criada en una familia de tradición judía con una madre que no se comportaba como tal, Irene tuvo el talento y la voluntad de salir del mundo aburguesado y transparente a través de los lectura y la escritura.
La lectura de Suite française es conmovedora. En esta obra describe el comportamiento de los franceses ante la invasión alemana tanto en la capital como en un pueblo.
Se concentra en los personajes y sus sentimientos para poder retratar lo que supone la convivencia de soldados vencedores y habitantes vencidos. Cómo después de una guerra los enemigos cohabitan en un mismo lugar y se convierten en vecinos con los que quieren mantener relaciones cordiales.
Una de la cosas que más me ha impresionado es la falta de rencor o de odio hacia los alemanes o hacia el sistema nazi. Trata a los soldados como humanos que sufren tanto como los vencidos y teniendo en cuenta los orígenes judíos de su familia y su fallecimiento en el campo de exterminación de Auschwitz parece increíble.
Lo interesante (o triste) de su éxito es que en 2004, cuando se descubrió el manuscrito y se publicó por primera vez, consiguió el Premio Renaudot, concurso literario muy estimado en el mundo del libro francés, a título póstumo.
Lo que más me ha gustado es que no hay que saber de historia, de guerras y de movimientos militares para entender, en parte, lo que fue la ocupación alemana en Francia. Cuando entiendes que la obra no trata de acción bélica sino de las personas que forman parte de la guerra y cómo podríamos ser nosotros los protagonistas, te quedas con ganas de más.