Para esta “vuelta al cole” de
septiembre me gustaría recomendaros una autora cuya vida es tan fascinante como
su obra. Se trata de Irène Nemirovsky (1903- 1942). Nacida en Kiev, emigra con
su familia a Francia tras la Revolución Rusa en 1919. Criada en una familia de
tradición judía con una madre que no se comportaba como tal, Irene tuvo el
talento y la voluntad de salir del mundo aburguesado y transparente a través de
los lectura y la escritura.
La lectura de Suite française es conmovedora. En esta
obra describe el comportamiento de los franceses ante la invasión alemana tanto
en la capital como en un pueblo.
Se concentra en los personajes y
sus sentimientos para poder retratar lo que supone la convivencia de soldados
vencedores y habitantes vencidos. Cómo después de una guerra los enemigos
cohabitan en un mismo lugar y se convierten en vecinos con los que quieren
mantener relaciones cordiales.
Una de la cosas que más me ha
impresionado es la falta de rencor o de odio hacia los alemanes o hacia el
sistema nazi. Trata a los soldados como humanos que sufren tanto como los
vencidos y teniendo en cuenta los orígenes judíos de su familia y su
fallecimiento en el campo de exterminación de Auschwitz parece increíble.
Lo interesante (o triste) de su éxito es que
en 2004, cuando se descubrió el manuscrito y se publicó por primera vez, consiguió
el Premio Renaudot, concurso literario muy estimado en el mundo del libro
francés, a título póstumo.
Lo que más me ha gustado es que
no hay que saber de historia, de guerras y de movimientos militares para
entender, en parte, lo que fue la ocupación alemana en Francia. Cuando
entiendes que la obra no trata de acción bélica sino de las personas que forman
parte de la guerra y cómo podríamos ser nosotros los protagonistas, te quedas con ganas de
más.
Para saber más, podéis leer el artículo que Mario Vargas Llosa escribió en El País elogiando a esta escritora.
Merci Terry pour ce commentaire.
ResponderEliminarUne œuvre magistrale que j'ai dévorée voici deux ans. Une des rares à décrire l'atmosphère qui régnait en France au moment de l'Exode, de l'Occupation. Effectivement, quand on sait ce que Irène et les siens ont vécu avant leur déportation (pour elle et son mari, les filles ayant échappé à l'horreur des camps), on a du mal à comprendre comment cette femme a pu écrire sans rancune ou aigreur vis-à-vis d'un gouvernement qui lui refusait la nationalité française et d'un Occupant inhumain... F. V.
Merci F.V. pour ta lecture. Personnellement j'ai hâte de lire d'autres ouvrages à elle...je vous tiendrai informés.
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